jueves, 28 de julio de 2011

Santo Tomás de Aquino y la Política (Económica)

Santo Tomás de Aquino dejó un gran legado y aportó importantes reflexiones. Una de sus célebres frases nos acerca su filosofía de adquisición del conocimiento que: “Teme al hombre de un solo libro”.
¿Cómo ha llegado España a esta situación económica? ¿Han sabido nuestros políticos leer,  escribir, algún libro?
Erasmo de Rotterdam nos habló de la  Importancia política de la Estulticia  ( Estupidez) cuando en 1511 publicó su “Elogio de la locura” , del que ya hablamos en su día …
Pero ya en el siglo XIII  Tomás de Aquino supo organizar el conocimiento de su tiempo…
“Todo conocimiento, mantenía, tiene su origen en la sensación, pero los datos de la experiencia sensible pueden hacerse inteligibles sólo por la acción del intelecto”
Y hablando de “intelectuales”, Tomás de Aquino realizó un completo estudio sobre los tontos y la tontería descubriendo que: “stultorum infinitus est numerus” o sea, que hay muchos.
El santo describe varios  tipos de tontos, los efectos que se derivan de cada uno de ellos e incluso aporta algunas curiosas soluciones para sanar la tontería… no es lo mismo un insipiente (falto de sabiduría o ciencia) que un estólido (falto de razón y discurso); resulta más problemático, por ejemplo, tratar con un fatuo (el tonto que se cree listo) que con un necio (el tonto que no sabe que lo es) y desde luego es toda una tragedia depender de un insensato (un fatuo que, además, tiene poder).
Tomás de Aquino aconseja obras de misericordia para evitar la propagación de la tontería: "soportar a los molestos", "enseñar al que no sabe" y "dar buen consejo al que lo ha menester" y en cuanto a los remedios propone el estudio, la deliberación y, en casos difíciles… la oración.
No me negarán lo inquietantes y actuales que resultan las observaciones de un filósofo del siglo XIII…¡que nos alerta sobre el peligro de que nuestra economía esté dirigida por insensatos ! Seguro que saben asignar estos perfiles…

Saludos
Mark de Zabaleta

lunes, 18 de julio de 2011

La Autosuficiencia Nacional de Keynes ¿Solución?

El capitalismo liberal de la época moderna, que Smith había apadrinado, cuya ventaja comparativa fue expuesta por Ricardo y que Marx había aconsejado destruir, fue “revisado” por Keynes. Cuando publicó su Teoría General  el mundo estaba sufriendo todavía el masivo desempleo de la gran depresión. La desilusión era total respecto a un orden económico que dejaba a tantos hombres sin trabajo.
En esta obra escribe: “Los principales inconvenientes de la sociedad económica en que vivimos son su incapacidad para procurar la ocupación plena y su arbitraria y desigual distribución de la riqueza y de los ingresos”. Según Keynes, el problema del capitalismo era que el mercado no podía asegurar la demanda necesaria, generando desocupación y marginalidad, situación que “el mundo no tolerará por mucho tiempo” Y ante tal diagnóstico era el Estado el encargado de lograr el pleno empleo: incrementando el gasto, manteniendo bajas tasas de interés para alentar la inversión, reformando el sistema fiscal, mejorando la distribución del ingreso y regulando el comercio exterior. Tratar de reconstruir el famoso flujo circular de la renta del que ya hablamos en otros artículos…

Sin embargo, entre sus numerosos escritos existe un interesante artículo anterior, poco conocido, que puede servir de referencia para nuestra política económica y que se titulaba: La autosuficiencia nacional, escrito en 1933 y publicado en la Yale Review, en plena crisis. Allí afirmaba: “Como la mayoría de los ingleses, he sido educado en el respeto del libre cambio”. Pero “mis esperanzas, mis preocupaciones y mis temores han cambiado”, en forma similar a lo que le ocurría a la mayor parte de su generación en el mundo entero. Ahora no estaba “persuadido de que los beneficios económicos de la división internacional del trabajo sean comparables a lo que fueron”, aunque un nivel elevado de especialización internacional continuaba siendo necesario en un mundo racional.
Sin embargo, para una gama de más en más extendida de productos industriales, e incluso agrícolas, Keynes no creía que las pérdidas económicas debidas a la autosuficiencia “sean superiores a las ventajas” que pueden obtenerse en el marco de una misma organización económica y financiera nacional. Y proclamaba: “Produzcamos en nuestro país cada vez que sea razonable y prácticamente posible, y sobre todo, hagamos lo necesario para que las finanzas sean nacionales”. Parece un tema a estudiar…

Mark de Zabaleta






lunes, 11 de julio de 2011

Keynes: A largo plazo estamos todos muertos.

Con esta expresión, John Maynard Keynes (1883-1946) quiso resumir sus dudas acerca de las suposiciones de la Economía Neoclásica…
Aunque Keynes aceptó una cátedra de economía en Cambridge, financiada personalmente por Alfred Marshall (Neoclásico/Microeconomía), desde la cual comenzó a construir su reputación, y supo replantear un nuevo enfoque de la Economía.
La Economía Clásica (Smith, Ricardo, Smill…) se había preocupado por el crecimiento económico a largo plazo más que por las preocupaciones inmediatas de una inestabilidad a corto plazo.
Aunque Marx estaba más cerca de las inquietudes keynesianas, su trabajo quedaba limitado por la “visión” de una inevitable caída del capitalismo.
Y los Neoclásicos (Marshall, Walras, Pareto…) se interesaban mucho más por los factores que intervenían en la producción de determinados mercados que en aquellos que gobernaban la producción de la economía en su conjunto.
Tal como plasmó en su Teoría general del empleo, el interés y el dinero”, desafiando el paradigma económico dominante al momento de la publicación en 1936, el análisis económico debía ser reconstruido para llevar los problemas agregativos a corto plazo al centro de la escena.
No se trata de estudiar cómo llegamos al precio de una lata de refresco cuando tenemos sed (o no) ni de plantearnos una solución de los problemas del País en un futuro…
Lo esencial del sistema capitalista puede ser preservado si se hacen las reformas necesarias, pero un capitalismo no regulado es incompatible con el mantenimiento del pleno empleo y la estabilidad económica.
Cuando estudia los distintos elementos (empleo, dinero e interés) que dan título a su obra de referencia, encontramos dos importantes puntos de referencia, Renta y Expectativas…
Para hablar de Consumo y de Ahorro es necesario generar Rentas. Y las rentas son generadas por la inversión…que puede verse frustrada si las expectativas de los empresarios son pesimistas.
Para Keynes la eficacia marginal del capital era una cuestión de expectativas, de tal modo que el cambiante humor de la comunidad empresarial podría contrarrestar incluso unos bajos tipos de interés favorables a la inversión…
¿Tenemos expectativas…o sólo nos queda pensar que a largo plazo todos muertos?

Mark de Zabaleta

domingo, 3 de julio de 2011

Sin Keynes la Historia Económica habría sido diferente…


Entre las dos guerras mundiales, los países industriales de una Europa maltrecha se vieron inmersos en una crisis sin precedentes. El desempleo alcanzó niveles nunca vistos y fue obstinadamente persistente.  Y con él llegó una ola de descontento social. Entre 1920 y 1930 la crisis en países como Inglaterra no lograba superarse.
Con el Crack americano de 1929 la situación todavía se puso peor. En Inglaterra, la hostilidad social llevó a la huelga general de 1926.
Cuando las colas para el pan y el subsidio de paro se extendieron en los Estados Unidos, los veteranos de la primera guerra mundial marcharon sobre la Capital Washington protestando porque eran hombres “olvidados”.
Ante tanta calamidad, muchos pensadores se preguntaban  si las previsiones marxistas sobre el futuro del capitalismo (ampliamente descartadas por el feroz capitalismo de finales del XIX)  no estaban tan equivocadas…
La Estructura Neoclásica de la Economía se apoyaba en el supuesto de que el nivel de pleno empleo siempre se alcanzaba, porque el sistema económico siempre generaría las soluciones necesarias (Ley de Say…), pero en los años treinta esta imagen “teórica” del funcionamiento de la Economía estaba fuera de lugar.
Los economistas hablaron de la “rigidez salarial” y de la limitada competencia entre las empresas…con la publicación en esos años de las teorías de la “competencia imperfecta y monopolística” de Joan Robinson.
En los Estados Unidos, la administración Roosevelt puso en marcha en 1933 el “New Deal” con un importante Plan de Inversiones y audaces iniciativas de utilización de los programas de obras públicas para estimular la economía y combinando la devaluación del dólar con subvenciones, tanto a la agricultura como a la industria. Aumentaron las Exportaciones y la economía se reactivó. Supo combinar la política monetaria y la política fiscal (¿les suena Keynes?).
Gran parte del significado histórico de la “Teoría General del Empleo, el Interés y el Dinero” de Keynes, se debe al hecho de que ofreció una nueva perspectiva del comportamiento de la economía agregada, y proporcionó una base teórica para justificar un plan gubernamental que promoviera el pleno empleo.
Muchas de las iniciativas propuestas por Keynes habían sido intuitivamente sugeridas por políticos y economistas. Pero era necesario un Esquema Teórico para defender estas soluciones de manera convincente.
La Historia se repite…los Indignados van sobre la Capital y muchos se preguntan si las teorías de Marx y sobre todo las de keynes podrían sacarnos de la crisis…

Mark de Zabaleta