El 31 de diciembre de
1933 el economista John Maynard Keynes
dirigió una carta abierta a Franklin Roosevelt, el único presidente de Estados
Unidos que supo enfrentarse al verdadero poder financiero. Si Keynes estuviera
vivo, habría enviado a Mariano Rajoy una carta muy parecida. Considerando el
estado actual de la economía mundial, y especialmente el paro en España, es
importante recuperar los puntos clave de ese gran escrito.
Recordaba Keynes al
mandatario: "Usted se enfrenta a una doble tarea: recuperación de la crisis y la aprobación de reformas económicas y
sociales que debieron haber sido introducidas hace mucho. El objetivo de la recuperación es
incrementar el producto y el empleo. En nuestro mundo el producto se
destina a ser vendido y su volumen depende del poder de compra que le hará
frente en el mercado. Un incremento en el producto requiere de por lo menos uno
de tres factores. Las personas deben ser inducidas a gastar una mayor parte de
su ingreso, o las empresas deben ser persuadidas, ya sea por una mayor
confianza o por una menor tasa de interés, a contratar más personal y así crear
más ingresos en manos de sus empleados. Alternativamente,
la autoridad pública debe ser llamada a crear ingresos adicionales a través del
gasto público. Cuando los tiempos son malos no se puede esperar que el
primer factor (Consumo) funcione a
una escala adecuada. El segundo factor (Inversión
empresas) no podrá operar sino hasta que el gobierno haya revertido la
situación a través del gasto público. En consecuencia, el mayor impulso para
salir del bache sólo puede provenir del tercer factor (Gasto Público)."
Keynes confirmaba su
teoría de la demanda efectiva para indicar que en tiempos de crisis, cuando el
gasto y las expectativas se deprimen, la inversión privada se contrae y no
puede ser el motor para rescatar una economía que no funciona. El gasto público
es la alternativa para suplir la deficiencia en la demanda agregada.
Las
políticas de austeridad que han aplicado estos cuatro años siguiendo las
directrices europeas son la antítesis de esta visión… ¡una gran torpeza!
Pero llegan las
elecciones, y el presidente del Gobierno ha vuelto a sacar de la chistera la
famosa promesa hecha en septiembre de 2011, cuando anunció la creación de 3,5
millones de empleos si los conservadores ganaban las elecciones de aquel año.
Rajoy se ha propuesto
ahora crear tres millones de empleos en la próxima legislatura, "porque es un objetivo alcanzable si
no cometemos torpezas"…
¿Alguien
se lo cree?
Mark
de Zabaleta