El Banco de Pagos
Internacionales de Basilea publicaba, en un documento titulado “El
cisne verde”, que los eventos relacionados con el cambio climático podrían ser
la causa de la próxima crisis financiera. Y precisaba que estos riesgos
representan un verdadero desafío para los economistas que intentan explicar los
resultados económicos.
La expresión de “cisne
verde” es una evolución ecologista del término “cisne negro” que se popularizó
en la crisis económica y financiera mundial que comenzó en 2008. Se trata de
una metáfora que hace referencia a un evento inesperado y sorprendente que
tiene un efecto importante.
El matemático Taleb fue
quien lo puso de moda con su libro el “El cisne negro: el impacto de lo altamente
improbable”, en el que explicaba cómo acontecimientos considerados muy
improbables para los expertos en los mercados pueden llegar a ocurrir y tener
un impacto ciertamente negativo para las bolsas mundiales, ya que los inversores
no cuentan con ello, y. al no tenerlo descontado, se multiplica su efecto
destructivo. Y decía:
“El aumento de la
frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos podría
provocar pérdidas financieras no lineales e irreversibles. A su vez, la
transición inmediata y de todo el sistema que se requiere para luchar contra el
cambio climático podría tener efectos de gran alcance que afectarían a cada
actor de la economía y al precio de cada activo”.
En realidad, se trata del
famoso “Efecto mariposa”, que explica:
si en un sistema se produce una pequeña perturbación inicial, mediante un
proceso de amplificación, podrá generar un efecto considerablemente grande a
corto o medio plazo. Es una variación de
la teoría del caos. Y parece que
todo el mundo habla ahora del caos verde …
Aunque todo es relativo. Hace
64 años, en los primeros días de febrero de 1956 un frente de aire procedente
de Siberia entró en la Península Ibérica con un dramático descenso de las
temperaturas. Los -32.0ºC registrados el 2 febrero de 1956 en Estany-Gento,
en la provincia de Lleida, todavía no se han alcanzado. Y no era en Siberia …
Fue la mayor ola de frío
del pasado siglo XX, y una de las más gélidas desde que se tienen registros
metereológicos. Todavía no se contemplaba el cambio climático.
Y, aunque no existen
estadísticas de la aparición de olas gigantes en el Mediterráneo, no era de
extrañar, en el siglo pasado, que allí se formasen olas de hasta 20 metros
de altura. El crucero chipriota Louis Majesty (dos muertos) ya lo sufrió hace
unos años entre Cartagena y Barcelona …
“La
historia se repite. Ese es uno de los errores de la historia” ... (Charles
Darwin)
Mark
de Zabaleta
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