En primero de carrera se estudia lo que es la Economía Positiva, que analiza lo que es, describir y explicar los fenómenos económicos en busca de leyes que permitan construir y probar teorías. Mientras que la Economía Normativa se encarga de proponer recomendaciones, políticas y acciones basadas en juicios personales subjetivos o en lo que debería ser.
Actualmente todo esto se derrumba y estamos metidos de lleno, gracias a la pandemia, en la Economía Negativa …
Un claro ejemplo es la ley de la Oferta y la Demanda. Según esta teoría, la ley de la demanda establece que, manteniéndose todo lo demás constante (ceteris paribus), la cantidad demandada de un bien disminuye cuando el precio de ese bien aumenta. Por el otro lado, la ley de la oferta indica que, manteniéndose todo lo demás constante (ceteris paribus), la cantidad ofrecida de un bien aumenta cuando lo hace su precio.
Y el colmo, hablando de Oferta, es un elemento novedoso que ha contribuido al aumento del precio del crudo es la contención que han mostrado los productores de petróleo en Estados Unidos.
Ciertamente ee trata de una estrategia inusual para unas empresas que solían lanzarse a aumentar la producción cada vez que los precios del crudo eran favorables. Ahora hacen todo lo contrario. Cuando los precios suben, producen menos … ¡y los beneficios se han disparado!
Y que decir de la inflación. Según la curva de Phillips, a más inflación hay menos paro … pero, ahora, en España tenemos inflación, tenemos paro, y unos salarios congelados …
Teóricamente podría ser una Estanflación (que Japón ha sufrido durante lustros), situación económica que se caracteriza por un estancamiento económico a la vez que persiste el alza de los precios y el aumento del desempleo.
Pero no es así, porque, tras el colapso de la pandemia, parece que se recupera el crecimiento. ¿Qué está pasando?
Posiblemente la explicación venga dada por el gran interés del beneficio empresarial ante una oportunidad histórica como el Covid …
Y el precio de la electricidad en España es un claro ejemplo. Todo el mundo nos habla de una “energía limpia” que lo único que limpia son nuestros bolsillos. Pagamos por la electricidad teóricamente más barata (saltos de agua, eólica, solar …) el precio vinculado a la producción térmica (petróleo, gas …) gracias a una particular normativa que beneficia la fijación de precios por las compañías eléctricas.
Ya lo dijo Galbraith: “Hay dos tipos de economistas: los que no saben y los que no saben que no saben” ...
Mark de Zabaleta
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