Cuando John Maynard Keynes publicó su Teoría General el mundo estaba sufriendo todavía el masivo
desempleo de la gran depresión. La
desilusión era total respecto a un orden económico que dejaba a tantos hombres
sin trabajo.
En esta obra
escribe: “Los principales inconvenientes de la sociedad económica en que
vivimos son su incapacidad para procurar la ocupación plena y su arbitraria
y desigual distribución de la riqueza y de los ingresos”.
Y ante tal
diagnóstico era el Estado el
encargado de lograr el pleno empleo: incrementando el gasto, manteniendo bajas tasas de interés para
alentar la inversión, reformando el sistema fiscal, mejorando la distribución del ingreso y
regulando el comercio exterior.
Entre sus
numerosos escritos existe un interesante artículo anterior, La
autosuficiencia nacional, escrito en
1933 y publicado en la Yale Review, en plena crisis. Allí afirma: “Produzcamos en
nuestro país cada vez que sea razonable y prácticamente posible, y sobre todo,
hagamos lo necesario para que las finanzas sean nacionales”.
PODEMOS se ha presentado con un programa en
el que apoya rescates a los ciudadanos, un mayor peso del sector público en
instituciones y sectores, respaldo a las pymes y una vigilancia, por parte de
la sociedad, de los organismos públicos… consolidando una banca al
servicio del ciudadano y recuperando el control público en los
sectores estratégicos de la economía…
¿Recuerdan
la famosa frase de Keynes? Si yo te
debo una libra, tengo un problema; pero si te debo un millón, el problema
es tuyo…
PODEMOS propone una Auditoría
ciudadana de la deuda pública y privada para delimitar qué partes de éstas pueden ser
consideradas ilegítimas para tomar medidas contra los responsables y declarar su impago. Reestructuraciones
del resto de la deuda y derogación del artículo 135 de la Constitución española
con el objetivo de garantizar los derechos sociales frente a los intereses
de los acreedores y los tenedores de la deuda.
El resultado de
las elecciones europeas ha confirmado la grave crisis política que atraviesa el
continente ante una Crisis Económica que “esos” políticos no han sabido
resolver…
¿Podemos recurrir
a Keynes? Su libro Teoría
general del empleo, el interés y el dinero desencadenó una "Revolución Keynesiana" en el pensamiento económico, y
especialmente en la consideración de la viabilidad y conveniencia de la gestión del sector público del nivel
agregado de la demanda.
¿No
les suena a Keynes?
Mark
de Zabaleta
5 comentarios:
El problema, Mark, como yo lo veo (y no entiendo gran cosa de economía, aunque soy de los que piensan que los economistas entienden todavía menos que yo) es que si nos declaramos insolventes para devolver la deuda debida, ya casi igual al PIB, nadie nos prestará dinero nunca más. Así que, la cuestión no debería ser dejar de pagar sino dejar de endeudarnos más. En todo caso, keynesiano como soy, pienso que la situación no es idéntica y que habría que imaginar que diría Keynes hoy y no tanto ver lo que dijo en su momento. Más o menos deberían hacer lo mismo los marxistas, en lugar de rezar el catecismo de "El Capital", pero en fin, es una opinión personalísima. Y seguramente equivocada. Un saludo muy afectuoso.
Yo, por el contrario, con tus lecciones semanales, progresistas en mi opinión, estoy empezando a entender que el control es imprescindible pero también la decencia, y eso esa más problemático. Un abrazo
Estoy de acuerdo con lo que usted dice, don Antonio. Que es lo mismo que decía Keynes y que ha dicho siempre la socialdemocracia (la verdadera,claro): sí al libre mercado, la competitividad, el capitalismo, etc., etc., pero no dejado a la "mano de Dios", sino bajo control, el justo necesario, del Estado. El problema es ¿cómo hacemos eso hoy sin caer en el capitalimo de Estado made in China? Se admiten sugerencias. Pienso que quien en estos momentos recoge mejor la herencia de Keynes es Paul Krugman. Pero repito, yo, de economía, no entiendo; aunque siga pensando que la Merkel y Cía. entienden menos que yo. Un saludo muy afectuoso.
Pues me quedo a cuadrosssss!!!1
Estimados amigos:
Al final, Galbraith supo centrar la situación:“hay dos clases de economistas, los que no saben nada y los que no saben ni eso”.
Un cordial saludo
Mark de Zabaleta
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