A pesar de la Crisis en
China y de una teórica gran bajada del precio del petróleo…que todavía no llega
realmente a las gasolineras…España va bien. Casualmente estamos en un año
electoral…
El PIB creció un 3,1% en
el segundo trimestre. Y nos explican que se debe sobre todo a la mejora de la
inversión y al consumo de los hogares, que aumenta un 3,5%. Y, evidentemente, este
consumo es la consecuencia de que hay más gente trabajando, porque el empleo
sube un 2,9%.
Pero esa gran
recuperación española sigue cojeando por el lado de los salarios. Siguen
estancados a pesar de la mejora de la economía y apenas suben un 0,2%.
¿Se
lo creen?
Porque en España seguimos
teniendo un paro oficial del 22,5%. Y los parados siguen sin encontrar trabajo
remunerado por mucho que nos quieran vender el milagro de los panes y los
peces.
Con las cifras económicas
los interés políticos consiguen convencer a casi todo el mundo, y todo depende
de la interpretación de un número. Los datos del paro son la gran evidencia,
porque son sólo números estadísticos…y con las cifras se manipula mejor que con
las palabras.
Ya
lo dijo Galbraith: “Para manipular eficazmente a la gente, es necesario hacer
creer a todos que nadie les manipula”.
El ministro de Hacienda y
Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, aseguraba en abril que España
podrá crear 20 millones de empleos con una nueva legislatura del PP si se
fortalece la recuperación económica y hay estabilidad política.
A pesar de la crisis
bursátil, tras las dudas sobre el crecimiento en China y su frenazo inversor,
el partido en el Gobierno prepara ya las Elecciones. Y para ello España tiene
que ir bien, cumpliendo exactamente lo anunciado por Montoro.
La recuperación económica
(mejor decir Macroeconómica) es, para ellos, muy clara.
Los grandes agregados
económicos van de cine, aunque el pueblo no lo perciba…
Luis de Guindos dice que
el desplome de la Bolsa se debe a factores "exógenos". Como gran
experto detalla que…"En agosto la liquidez es más reducida y los mercados sobre
reaccionan".
Todo
normal. Ya lo dijo Groucho Marx: “Claro que lo entiendo. Incluso un niño de
cuatro años podría entenderlo. ¡Que me traigan un niño de cuatro años!”
Mark
de Zabaleta